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Siempre regresarás a mí


Todo en nuestro universo es un retorno

El sol que descendiendo acaba el día

Nuestra cíclica y frágil biología

Y el invierno que guarda sus adornos.

Podrá no haber hojas marchitas

Mas brillará la nostalgia en sus contornos

O el ululante viento que en su entorno

El eterno ciclo canta o grita.

Y al alba rociará de agua bendita

Gélido Dios, sus cálidos rosales

Pero aún cuando sus gotas no resbalen

Verán como a su son todo se agita.

¿Por qué pedir que el tiempo lo señale?

No busques del otoño las tormentas

No esperes del oro y del magenta

Que el cielo del crepúsculo apuñalen.

Todo se moverá con lentas vueltas

Y el mundo con nosotros girará

Al ritmo del retorno universal

Donde todas las cosas se reencuentran.

Empezando por el final

Finalizando por el comienzo

Dudando del tiempo

Y de su dudosa linealidad.

Ciclos repetitivos cumplen

Movimientos constantes y perpetuos

La realidad como un péndulo

Que se mueve a merced del viento.

Jugando con el destino impuesto

Vulgarizando lo antes épico

Buscando lo perdido:

Lo bello y lo tétrico.

Sinuosos universos

Se interceptan en un punto:

El efímero presente,

Que divide lo simétrico.

Todos los poemas terminan

La vida y todo lo demás

Mientras termina nuestra melodía

Mientras nuestro ciclo se está por agotar

Te susurro al oído nuevamente

Tu siempre regresarás a mí

Y yo siempre he de esperar.


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