Alguien quemó el corazón del roble
A si mismo se prendió fuego el árbol.
Pero sus cenizas no se las llevo el viento. Sino que se plantó de nuevo.
Comenzó de cero y ahora, saldrán buenos frutos.
He aprendido que el día se hace noche.
Lo oscuro. Luminoso y lo desconocido borroso.
En las sombras prenderé la antorcha
El fuego fatuo, saldrá y humo negro con él.
Ojala me queme
No
¡Que me queme!
Soy yo hecho fuego y tomé el mechero
Prendí mis maderos internos para que se prendan
Mis sentimientos.
Dicen que están en la cabeza
En las ideas, en los frutos
Pero estos caen y se pierden
Si no se aprovechan.
Es verdad que es una metáfora
Los sentimientos se hallan en la copa
Pero adivina donde está mi herida
Si, en el tronco.
Necesito del fuego para ser un roble en llamas
En un cerro sin maleza para plantarme de nuevo
Crecer con el calor…
Apareciendo nuevas hojas.