Fría y nívea
Todo es pasajero
Se va el frío de tus manos
Conmigo.
Nos vamos lejos,
Muy lejos
A otro sitio, ahí donde cae
La nieve en forma de tu rostro;
Fría y nívea,
Y también hermosa,
Como el silencio entre tus brazos,
Como un cielo azul,
Como un mar azul,
Como tus ojos pintados de zafiro.
¿Quién habrá?
Tal vez nadie.
Nos quedaremos solos,
Entonces,
Muriéndonos de pena,
Apenándonos de muerte.
Y recordaré tus labios,
Manchados de mis besos,
Igual que una flor por la noche,
Y sangraré, sin tregua,
Su velado perfume a miel,
Y sangraré, sin tregua,
El carmín que en mi cuerpo tatuabas.
Algún día, si es que llega,
Volveré con tu frío entre mis manos
Y como si no te hubiese visto nunca,
En vez de a ti,
Recordaré la nieve,
Fría y nívea,
Igual que tu rostro
Cuando caía del cielo,
Fría y nívea,
Igual que mi alma
Cuando lloraba por ti.