Amnistía Internacional destaca caso de Venezuela en informe sobre la tortura
Venezuela figura como mal ejemplo en América en el informe de Amnistía Internacional denominado “Tortura en 2014: 30 años de promesas rotas”, a propósito del trigésimo aniversario de la Convención contra la Tortura de Naciones Unidas.
En forma específica, el documento resume el caso de Juan Manuel Carrasco, una de las víctimas de la brutalidad de los cuerpos de seguridad durante el ciclo de protestas que comenzó en febrero. “Juan Manuel Carrasco, de 21 años, fue sometido a abusos brutales nada más ser detenido por la policía durante una protesta en la ciudad venezolana de Valencia el 13 de febrero de 2014.
Según dijo a Amnistía Internacional, los policías obligaron a los detenidos a ponerse en posición fetal sobre las rodillas y luego los golpearon. Uno de los guardias les dijo que no rezaran, porque ni siquiera Dios iba a salvarlos. Les dijeron que aquel era el último día de su vida. Luego, a Juan Manuel le bajaron la ropa interior y le introdujeron algo por detrás. Fue puesto en libertad tras permanecer recluido tres días. Su caso está siendo investigado por la Fiscalía General.
Desde que, en febrero, comenzaron las protestas en Venezuela, Amnistía Internacional ha recibido decenas de denuncias de abusos cometidos por las fuerzas de seguridad en el momento de la detención, durante los traslados y durante el periodo dereclusión”.
El informe forma parte de la campaña Stop Torture, la cual concentrará esfuerzos contra la tortura en cinco países donde es una práctica generalizada. Amnistía Internacional encargó a GlobeScan una encuesta a 21.000 personas de 21 países de todos los continentes para evaluar las actitudes hacia la tortura: 44% de los encuestados temen la posibilidad de ser torturados si son detenidos en su país, 82% quiere leyes enérgicas que los protejan de la tortura, y 36% piensa que la tortura puede justificarse en ciertas circunstancias.
"La tortura no sólo está viva y goza de buena salud: florece en muchas partes del mundo. Los gobiernos que tratan de justificar la tortura como pretexto de la seguridad nacional erosionan los 30 años de avances logrados en este terreno (desde 1984, con la Convención contra la Tortura de la ONU). Resulta descorazonador que hoy sigamos necesitando una campaña mundial para garantizar que esas promesas se cumplen", dijo Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internacional.